Hay prácticas y errores que podemos cometer que canalizarán el juego hacia malos hábitos y conductas no deseadas.
Por ejemplo, si tienes un cachorro que disfruta mordiendo los tobillos de las personas, nunca sacudas los pies para tratar de liberarte de su mordida. Eso solo despertará su instinto de caza y presa y lo estimulará más a seguir mordiendo. Solo quédate quieto hasta que pierda el interés.
Nunca lo persigas con un objeto en la boca. Puede ser gracioso al principio pero es una práctica que se convertirá en algo realmente molesto y sólo lograrás que tu perro jamás te entregue las cosas.
Si detectas que alguno de sus juguetes lo obsesiona o lo sobre estimula, intercámbiaselo por uno que no lo altere tanto. No es bueno fomentar rituales obsesivos.